Los primeros días de calor ya se han hecho notar en nuestra Región y para paliar esta situación y tener a los niños (y a los no tan niños) entretenidos muchos vecinos han optado por comprar piscinas hinchables o desmontables e instalarlas en sus azoteas, balcones o terrazas. Esto ocurre más aún con la problemática existente que impide que muchos de los edificios o residenciales con piscinas comunitarias puedan abrir las mismas por no poder hacer frente a las condiciones higiénico-sanitarias que el ministerio de sanidad exige, por ejemplo: control de aforo, cita previa, control de ph y cloro cada hora, etc. Estás medidas están encaminadas a evitar los contagios o la propagación del virus y son totalmente necesarias pero ocurre que muchas comunidades de propietarios no están preparadas económicamente para hacer frente a ese gasto.
Lo que podría parecer una práctica «inocente» a simple vista, no lo es porque según el Colegio de aparejadores, Arquitectos técnicos e ingenieros de Edificación de la Región de Murcia esta sobrecarga en la estructura de podría entrañar un riesgo muy grande debido al exceso de peso. Tan grande sería el riesgo que todos los veranos se produce el derrumbe del forjado por el peso excesivo que produce tener una de estas piscinas en el sitio incorrecto, con la cantidad de agua incorrecta.
Según el colegio de Aparejadores, una piscina portátil de unos 60 centímetros de altura alcanza los 600 kilos por metro cuadrado. El motivo, según señala el colegio, es que la estructura de los edificios de viviendas se construye para soportar una sobrecarga de unos 240 kilos por metro cuadrado, que corresponde al peso aproximado del mobiliario y las personas que harán uso de la vivienda. “En ningún caso está pensado para soportar el peso de una piscina o un jacuzzi, ni el de las personas que lo utilizarán”, apuntan. La excepción: las pequeñas piscinas para recién nacidos. Estas estructuras, con un nivel de agua que no supere el 15 o 20 centímetros se pueden instalar sin problemas. El resultado de utilizar piscinas hinchables, desmontables o portátiles, en terrazas o cubiertas, asegura el COAATT, dependerá mucho del tipo de estructura, de su estado de mantenimiento y de la antigüedad. La colocación en las terrazas de edificios relativamente nuevos y sin patologías previas puede generar problemas de rotura de los pavimentos, humedades, corrosión de las armaduras y desperfectos de la instalación de saneamiento. Si la sobrecarga es muy alta, el colapso es muy probable, según la institución.
En el caso de estructuras anteriores a los años 80 o con afectaciones previas, la probabilidad del colapso de la estructura es muy importante, dado que ésta ha perdido prestaciones y las vigas pueden estar afectadas por problemas de humedades que han reducido su capacidad.
Además, hay que recordar que habitualmente las terrazas son elementos comunes de las comunidades, que el propietario sólo está autorizado su disfrute y, por tanto, que el coste de cualquier reparación recaerá en la totalidad de propietarios de la finca y no a los de los que hacen un uso totalmente inadecuado.
“Está totalmente prohibida la instalación de este tipo de elementos si la estructura no se ha reforzado especialmente para ello”, recuerdan. “Es imprescindible que la comunidad reclame al propietario que quiere instalar un piscina hinchable, desmontable o portátil, un certificado de solidez a un técnico, que especifique las características resistentes del suelo y las limitaciones de peso que puede soportar sin causar afectaciones al estructura del edificio “, concluye el colegio.
En este sentido, el COAATT dispone del portal Obras Con Garantía, donde se puede solicitar un certificado de resistencia de la estructura por parte de un técnico cualificado, el cual permitirá especificar las limitaciones de peso y las afectaciones de peso de cada inmueble concreto.
Si acaso lo estabas pensando o ya tienes instalada tu piscina, por favor ten en cuenta todo lo que aquí te contamos. Siempre es mejor «prevenir que curar»
Fotografía:freepik.es
Fuente: lavanguardia.com